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Dos casos notables de postulantes que rindieron la PAES con ajustes y fueron seleccionados en la Admisión 2024

Se trata de Felipe Escobar, de Temuco, y Martina Leiva, de Santa Cruz. Ambos postulantes solicitaron rendir sus pruebas con adecuaciones, postularon en el proceso centralizado y fueron seleccionados por vía regular en una de sus preferencias de carrera.

Martina Leiva, de Santa Cruz, y Felipe Escobar, de Temuco. Ambos postulantes solicitaron rendir sus pruebas con adecuaciones, postularon en el proceso centralizado y fueron seleccionados por vía regular en una de sus preferencias de carrera.

En el Proceso de Admisión 2024 aumentó significativamente la participación de Personas en Situación de Discapacidad (PeSD) y/o con Necesidades Educativas Especiales (NEE). Este crecimiento se evidenció en las más de 10 mil personas que rindieron la PAES con algún tipo de ajuste o adecuación, en comparación a las 6 mil que lo hicieron en el proceso anterior.

Más allá de la participación, este año también aumentó la cantidad de personas de este grupo seleccionadas en alguna de sus preferencias: en el proceso 2023 fueron más de 3 mil, mientras que para la admisión 2024 esa cifra aumentó en un 53%: 5.294 postulantes cursarán alguna carrera dentro de las 45 universidades adscritas al Sistema de Acceso, lo que corresponde al 80% de quienes postularon después de haber rendido con ajustes.

Primer lugar en la lista de seleccionados

Uno de esos postulantes es Felipe Escobar (18), persona en el espectro autista y quien fue el primer seleccionado en Química y Farmacia en la Universidad Católica de Temuco (UCT). Comenta que la alegría fue total entre sus familiares al momento de saber que había quedado en su primera preferencia: “Cuando le mostré los resultados al resto de mi familia, mi mama, mi abuelita, mi hermano, estaban muy orgullosos de mí”, recuerda el joven.

Felipe egresó de 4° medio con un 6,8 de promedio, se preparó durante todo el año en un preuniversitario en la comuna de Temuco y rindió la PAES obteniendo excelentes resultados. Según el joven, ponderar los 880,9 puntos en su postulación a Química y Farmacia se debió también, en buena parte, a los ajustes que el DEMRE le otorgó para rendir sus pruebas. Estas adecuaciones consistieron en una sala compartida sólo con otros cinco postulantes, tiempos de descanso en los que podía comer una colación y, la más valorada por él, un 50% de tiempo extra para responder las pruebas.

“Lo que más diría que me ayudó fue el 50% de tiempo extra”, explica Felipe. “En mis ensayos PAES no me había ido muy bien porque me quedaba con poco tiempo para analizar las cosas, tenía que responder las preguntas a la rápida y muchas veces no revisaba los posibles errores”, destaca.

Más allá de sus buenos puntajes, contar con este tipo de adecuaciones movilizó otros aspectos en Felipe: la sensación de que estaba siendo medido en condiciones equitativas con respecto a las y los demás postulantes que no rindieron la PAES con ajustes: “Considero que me permitieron demostrar que yo soy igual de capaz que el resto y que simplemente eran otros problemas los que hacían bajar mi rendimiento en los ensayos, no mi capacidad intelectual”, dice.

Con miras al inicio de clases, el oriundo de Temuco se muestra expectante. Considera que serán varios desafíos los que enfrentará, sin embargo, la UCT ya se contactó con él para coordinar los apoyos psicoeducativos que le entregarán. “Eso me hace sentir más seguro. De hecho, voy a entrar una semana antes para conocer toda la universidad y cómo funciona”, destaca Felipe.
Para él, haber sorteado la rendición de la PAES con resultados destacados y quedar seleccionado en el primer lugar de su primera opción de carreras es esperanzador. Al respecto, Felipe le deja un mensaje a todas las personas con Necesidades Educativas Especiales que continuarán sus estudios en la Educación Superior: “No tengan miedo, confíen en ustedes mismos. No son tontos, sino diferentes”.

La opción de Martina

El martes 16 de enero recién pasado, Martina Leiva (18) postuló a Psicología en la Universidad de O’Higgins (UOH). A pesar de contar con hasta 20 opciones, la joven proveniente de Santa Cruz decidió anotar sólo esa preferencia. Estaba segura de que quedaría seleccionada por vía regular en la carrera que quería.

Admite que hace dos años atrás no pensaba continuar sus estudios en la Educación Superior. Sin embargo, una de las enfermeras que trabaja con ella en su hospitalización domiciliaria, Carolina Salazar, decidió motivar a la joven. “Le dije que ella tiene las capacidades y que puede hacerlo, sólo necesitaba las ganas. También que, si ella tenía las ganas, yo iba a estar presente ahí, haciendo todo lo que necesitara extra en el tema educacional”, recuerda la profesional de la salud.

Martina preparó la PAES con ayuda de Carolina, quien elaboró rutinas de estudios y metodologías adaptadas. Descargó las pruebas oficiales desde la web del DEMRE y comenzó a resolverlas a modo de ensayos. “Los hacía día por medio. Primero hacía una mitad, descansaba una hora y luego seguía con la segunda mitad. Luego, iba acortando los momentos de descanso: media hora, quince minutos y ya después al final lo hacía todo de corrido", cuenta la joven.

Se decidió por el área de la salud mental cuando, como persona con Atrofia Muscular Espinal tipo 1 (AME-1), iba a clases en el Aula Hospitalaria de su comuna. Además de sus clases, la joven participaba regularmente de diversos talleres. Uno de ellos estaba relacionado al bienestar emocional y, como notó que esas instancias lograban efectos positivos, tanto en ella, como en sus compañeras y compañeros, fue valorándolas cada vez más.

Para la rendición de la PAES, solicitó estar en una sala sin otros postulantes, contar con enchufes cerca y que le permitieran entrar con su enfermera. Martina valora positivamente haber rendido sus pruebas con estas adecuaciones. De lo contrario, cree que la incomodidad hubiese afectado su rendimiento. “Siento que, si hubiera estado en una sala con más personas, me habría costado más concentrarme. Además, con el ruido de mi ventilador habría desconcentrado a los demás. Fue bueno rendir con más tranquilidad”, asume.

Ahora que pertenece oficialmente a la UOH, Martina mira con optimismo lo que viene por delante. Cree que puede costarle adaptarse a los ritmos universitarios, sin embargo, la institución ya se comprometió a adecuar las cargas académicas con respecto a su situación. “Van a venir a mi casa para hablar sobre los apoyos y cómo podré tener mis clases: si pueden ser on line e ir una o dos veces al mes, con facilidad para estudiar desde la casa”, comenta la estudiante. Agrega que “no es imposible. Difícil sí, pero no imposible”. Con esa frase resume el camino que ha transitado hasta ahora.

Compromiso por un acceso más justo y equitativo

Desde el DEMRE, promover la integración y participación de PeSD y/o personas con NEE es primordial. Se trata de uno de los valores que rige al quehacer de la institución y del Sistema de Acceso en su conjunto.

Para la directora del Departamento, Leonor Varas, esta tarea se vuelve especialmente relevante para los postulantes, toda vez que asegura el ejercicio de su derecho a la rendición de la prueba en igualdad de condiciones. “La tarea del DEMRE es evaluar las competencias de las y los postulantes con la mayor precisión posible, lo que nos obliga a tratar de eliminar las interferencias que se presenten, cualesquiera que estas sean, simplemente para realizar correctamente nuestra tarea”, asegura la autoridad.

Por su parte, la jefa del Programa de Inclusión del DEMRE, Alejandra Maldonado, plantea que el aseguramiento de los derechos de Personas en Situación de Discapacidad y/o con Necesidades Educativas Especiales implica constantes mejoras en el trabajo del Departamento. “El desafío principal que tenemos como DEMRE es mejorar nuestros procesos internos, con el objetivo de dar la mejor de las respuestas a los postulantes, a la vez que hacer sostenible las tareas que el alza de casos implica para todos los equipos involucrados”, detalla.

El DEMRE continúa reafirmando su compromiso con la inclusión y el acceso igualitario a la Educación Superior, promoviendo un sistema que se adapta, se transforma y, también, transforma vidas, como las de Felipe y Martina.