Comité Científico Internacional inició su trabajo para monitorear y proponer mejoras al sistema de admisión a las universidades

El Comité Científico Internacional fue presentado en el Seminario Internacional "Legitimidad social, validez y participación en el Acceso a la Educación Superior” que se llevó a cabo ayer en la Casa Central de la Universidad de Chile y fue organizado por la Subsecretaría de Educación Superior y el DEMRE de la Universidad de Chile.

Sus integrantes destacaron la importancia de poner foco en el contexto educacional chileno y advirtieron sobre posibles efectos indeseados de los mecanismos de preparación comercial para las pruebas de acceso universitario. Este nuevo comité está formado por tres académicos extranjeros y dos chilenos.

Integrantes del comité técnico internacional junto al vicerrector académico de la Universidad de Chile, Claudio Pastenes, y la directora del DEMRE, Leonor Varas.

“Con la participación de exdirigentes estudiantiles, autoridades y expertos en educación, y en el marco del Seminario Internacional "Legitimidad social, validez y participación en el Acceso a la Educación Superior”, este martes 3 de septiembre se presentó el Comité Científico Internacional, encargado de monitorear los cambios recientes a las pruebas y en el sistema de admisión centralizado, proponiendo recomendaciones para su mejora continua.

La jornada fue organizada por la Subsecretaría de Educación Superior y el DEMRE de la Universidad de Chile y contó con un set de paneles de conversación en torno a los temas que dieron título al seminario.

El Comité Científico está formado por los expertos internacionales Derek Briggs, profesor en el programa de Metodología de Investigación y Evaluación en la Universidad de Colorado – Boulder (EE.UU.) y director del Center for Assessment Design Research and Evaluation; Therese Hopfenbeck, directora del Assessment and Evaluation Research Centre en la Melbourne Graduate School of Education (Australia); Andrés Sandoval-Hernández, jefe del Departamento de Educación de la Universidad de Bath (Inglaterra); y los destacados académicos nacionales, Salomé Martínez, profesora titular de la Universidad de Chile e investigadora del Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la misma casa de estudios; y Diego Carrasco, académico (Assistant Research Professor) en el Centro de Medición, MIDE UC de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Así, este comité desarrollará una tarea que pone al centro de la observación los estándares de validez, confiabilidad e imparcialidad (o ecuanimidad) de las pruebas y del sistema de admisión en general.

Durante su presentación en el panel El rol de los aspectos técnicos en la legitimidad social de las pruebas de admisión universitaria, Andrés Sandoval-Hernández destacó ocho principios que permiten abordar este desafío, siendo estos la participación y el involucramiento de las partes interesadas; la transparencia y comunicación; la alineación con los objetivos y valores educacionales; la mejora continua de los mecanismos de evaluación; la equidad y justicia; el desarrollo profesional; las consideraciones éticas en torno a la protección de datos, y el apoyo político.

Por su parte, Therese Hopfenbeck destacó la necesidad de analizar los contextos en los que se dan las pruebas de admisión tanto al desarrollarlas como al aplicarlas y/o interpretarlas. En ese sentido, la académica sostuvo que “es peligroso si copiamos a ciertos países. Nada puede ser replicado de la misma manera, tiene que ser ajustado, adaptado al contexto específico en el que se encuentra” y agregó que, si bien las pruebas estandarizadas son importantes, estas deben ser consideradas como “una parte del rompecabezas” y que es necesario considerar los diferentes actores involucrados.  

De esta forma, Hopfenbeck manifestó que la legitimidad social requiere un diálogo constante con las partes interesadas y la voluntad de adaptar el proceso de admisión, avanzar en transparencia al comunicar los procesos y criterios de este, además de evaluar sus impactos.

En tanto, durante su presentación Derek Briggs manifestó que también es importante analizar los efectos desde la preparación para las pruebas, ya que ello tiene incidencia en la validez y justicia en su conjunto. Tomando el caso de Estados Unidos y el SAT (examen para el ingreso a universidades), el experto abordó el actuar de instituciones que atraen a los y las postulantes con mejorar los puntajes a cambio de pagar por una instrucción.

“Pensando en la industria que existe para la preparación de las pruebas a nivel comercial, hay ciertas implicancias con respecto a la justicia y validez. En términos de la justicia, si la preparación es efectiva y los estudiantes con más dinero tienen más acceso a esa preparación, entonces la prueba no es justa. En cuanto a la validez (...) si lo que sucede cuando se realiza la preparación es encontrar cómo ganarle a la prueba, utilizando estrategias superficiales, eso amenaza la validez de la prueba”, explicó Briggs durante su ponencia.

Reafirmar el compromiso

El acceso a la información, la legitimidad y la necesidad de avanzar en las mejoras al proceso de admisión fueron los principales puntos abordados durante el seminario y que van en línea con lo que deberá revisar este nuevo comité. Así durante la jornada, exdirigentes estudiantiles también reafirmaron el compromiso y la necesidad de seguir avanzando en la mejora del acceso a las universidades.

“Se han dado cambios que están bien encaminados, aunque todavía falta observar si se genera una disminución en la brecha”, sostuvo Vicente Iglesias en el panel inaugural Demandas sociales y admisión a las universidades. En tanto, Valentina Miranda afirmó queen este momento somos mucho más conscientes de que tiene que haber una mejora continua, mucho más inclusiva, considerando todas las diferencias sociales que puede haber entre los estudiantes”.

La académica e integrante del Comité, Salomé Martínez, destacó durante su ponencia en el panel Mérito y justicia social en la admisión universitaria que“hay que pensar en los programas de acceso y equidad a la luz de nuestro sistema educativo”. Lo anterior, a raíz de las notas y el puntaje ranking, factores en el proceso de admisión, que definió como “inamovibles”.

“El sistema de admisión debería considerar otros mecanismos cuando las notas dejan de ser relevantes a lo que es la persona”, expresó Martínez, quien añadió que se dificulta y/o no hay espacio para el error de los jóvenes al plantearse una carrera universitaria con cumplimiento de plazos, acentuados por los mecanismos de financiamiento, como la gratuidad.

Por su parte, los representantes del Instituto Nacional de Estudios y Pesquisas Educativas (INEP - Brasil), Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES - Colombia) y del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (CENEVAL - México) abordaron los desafíos en torno a los mecanismos de evaluación que configuran su experiencia nacional y que giraron en torno a la convocatoria de postulantes, el acceso de estudiantes en situación de discapacidad, la renovación de las pruebas, entre otros.

Para el subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, la realización de este seminario internacional “permite evaluar los pasos que hemos dado en la democratización del acceso. La PAES ha despertado el consenso de expertos y expertas, es un instrumento mucho mejor desde el punto de vista técnico de lo que era la PSU y más adecuado a nuestra realidad. No obstante, siempre hay espacio para mejorar y qué más conveniente que tener expertos y expertas de nivel internacional para compartir con las y los investigadores locales cuáles pueden ser esos espacios. Las políticas públicas requieren estar siempre en evaluación y esta debe ser abierta, convocar el diálogo, en este caso de las comunidades universitarias”.

Por otro lado, Leonor Varas, directora del Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (DEMRE) de la Universidad de Chile, agregó que “este seminario fue muy interesante, porque conocimos experiencias de varios países. En general, tenemos desafíos comunes -por supuesto que hay particularidades propias de cada nación-, pero es el mismo tipo de desafío y eso genera que sea muy buena la colaboración, porque al estar en un pie similar podemos aprender unos de otros y avanzar en conjunto”.

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